Síndrome de SAVANT: el caso de The Good Doctor
De las escasas ocasiones que se ha divulgado el SÍNDROME DE SAVANT ha sido en los créditos de la serie producida por Freddie Highmore, en su primer episodio COMIDA QUEMADA de la primera temporada de The Good Doctor.
En ella Shaun Murphy es la imagen del autismo y el Savant, mientras la audiencia lo observa como a un autista con Trastorno de ASPERGER.
De un tronco patológico parecido poco tienen en común ambos procesos.
El Dr Julián Vaquerizo Madrid, neuropediatra y Jefe de Pediatría del Hospital Perpetuo Socorro analiza el perfil cinematográfico y clínico del personaje y la PERSONA que sufre esta problemática, haciendo referencia a otros filmes que, tanto prensa como público, han desviado su perspectiva de la auténtica realidad CIENTÍFICA.
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SAVANT no es el apellido de ningún autor que describiera el Síndrome, se trata de una palabra mezcla de dos vocablos, alemán e inglés, y que no tiene traducción a nuestro idioma.
Dicho esto, hay que definir este proceso como una DIFICULTAD, que no INCAPACIDAD para las relaciones sociales, tal y como se observa en la famosa serie norteamericana. La dificultad de las personas que lo manifiestan se encuentra más en el entorno que les rodea que en ellos mismos. El autismo clásico y el Trastorno de ASPERGER sí conllevan en una u otra forma una pobre capacidad para adaptarse a los demás a pesar del esfuerzo de los demás.
En todos los casos hay problemas para entender al interlocutor, sin embargo quien padece del síndrome de SAVANT, en la mayoría de casos logra acercarse a su entorno laboral y personal y llevar una vida 'normalizada', siempre que ese entorno tenga la capacidad necesaria de adaptación.
Se trata de personas que suelen pasar por SABIOS, dadas sus aptitudes hacia temas concretos. Recordemos de nuevo el papel de The Good Doctor. Tal vez no comprendan muy bien el impacto de su, a veces extravagante y otras casi arrogante, SINCERIDAD.
Muchos autistas tienen habilidades extraordinarias, sin embargo la ausencia de empatía y su tendencia a hiperconcentrarse en sí mismos, junto a su precaria inteligencia GLOBAL les impide desarrollar una relación social eficiente. El ejemplo lo pone de manifiesto también la filmoteca en cintas de tanto impacto como MERCURY RISING, protagonizada por Bruce Willis.
The Good Doctor es la imagen del Síndrome de SAVANT, un médico que a pesar de lo mencionado es resolutivo y pone su sabiduría en manos de los demás, es consciente del éxito y el fracaso, y aunque más tarde que pronto, percibe las consecuencias de sus actos, esto es ENTIENDE y pone en marcha un funcionamiento ejecutivo, la capacidad de mirar más allá de sí mismo y proyectarse a su entorno. La persona autista no posee esa cualidad, una función evolutiva cerebral que es la expresión del área prefrontal de nuestro sistema nervioso, la más reciente de todas en la evolución natural del ser humano.
En definitiva, estas líneas sólo pretenden alentar al lector a imbuirse en una temática compleja y discutida, así como animar a contemplar el cine y la TV de un modo más analítico y, si se me permite, CRITICO.